En contextos de alto índice de inseguridad en los que cualquier persona es susceptible de tiroteos, intentos de robo, secuestro, o cualquier otro riesgo para su vida, contar con un vehículo seguro es una necesidad.
El blindaje de autos se ha convertido en una medida para salvaguardar la integridad de quien viaja en ellos, especialmente durante situaciones críticas.
Básicamente, el blindaje de autos se consigue aplicando materiales de resistencia balística a la estructura del automóvil e instalando vidrios altamente resistentes al impacto de armas de fuego y a colisiones. Dichos materiales son sometidos a pruebas balísticas en laboratorios especializados para garantizar su nivel de protección. Utilizando armas de calibres específicos se comprueba la resistencia mínima para cada nivel de blindaje.
Los materiales específicos para conseguir estos niveles de resistencia son principalmente el acero y las fibras de aramida. Estas últimas, de origen sintético, se obtienen tras varios procesos de extrusión e hilado, resultando en una alta resistencia a la tracción y al impacto, y en una gran capacidad de absorción de energía. Además, es un material con estabilidad mecánica, térmica, e incluso química; resistente a las llamas. Por su estructura molecular se dice que es cinco veces más resistente que el acero, y además es muy ligera.
Gracias a estas características, la fibra de aramida también es un socorrido material para accesorios de seguridad, como chalecos antibalas y escudos de protección.
El acero, por su parte, destaca por su gran resistencia y alta dureza, probada ante ataques balísticos y explosiones. Debido a que el acero no es un material disponible en estado puro en la naturaleza, su dureza depende de la cantidad de carbono que contenga su aleación (hierro y carbono).
A esta aleación base también se le suelen agregar otros elementos que mejoran sus propiedades físicas y químicas, como el manganeso, silicio, azufre, cromo, fósforo, níquel, boro y molibdeno.
Las fibras de aramida y el acero se usan en la estructura para reforzar el vehículo, pero ¿cómo se blindan los vidrios?
Su proceso también es especializado ya que debe agregar la protección manteniendo su funcionalidad y visibilidad, además de ajustarse a la estética del vehículo y considerar la coloración del cristal, que asimismo puede proporcionar un plus de privacidad hacia el interior del vehículo.
También se deben evitar al máximo las distorsiones ópticas, por lo cual se utilizan técnicas de multi-laminación y curveado.
Entre los materiales para blindar vidrios, el más popular es el policarbonato, un termoplástico de alta resistencia y flexibilidad, que no se deforma, aísla térmicamente y que tolera diferentes condiciones climáticas. También resiste al impacto balístico e incluso a la radiación ultravioleta, características que lo convierten en un material muy completo para este fin.
Los materiales variarán también de acuerdo al nivel de blindaje, por lo que previamente se evalúan los riesgos a los que está expuesto el usuario y se decide el nivel de protección apropiado. La protección del vehículo contra ataques con armas cortas automáticas o contra ataques con armas largas, implican diferentes niveles de blindaje, por ejemplo. Los niveles más altos pueden resistir incluso impactos de fusiles de alto poder y fusiles de munición perforante.