El mantenimiento de vidrios blindados es esencial para conservar sus características protectoras y su aspecto estético.

Los cristales de un vehículo blindado son sometidos a un proceso de laminación que consiste en sobreponer varias capas de vidrio, policarbonato y polímeros que se unen en determinadas condiciones de temperatura y presión.

Esta fusión de materiales produce un escudo resistente al impacto de golpes, proyectiles y, dependiendo del nivel de blindaje, de explosivos, lo cual garantiza la seguridad de los ocupantes del vehículo.

Además, la misma laminación evita la producción de astillas o esquirlas que pudieran causar lesiones a los pasajeros, y que los proyectiles o explosivos penetren el vehículo y den en el blanco.

El deterioro aumenta la vulnerabilidad

Si los cristales blindados no reciben el debido mantenimiento, pueden presentar un deterioro que los hace vulnerables, ya que, además de que puede perderse visibilidad hacia el exterior, también se disminuye su capacidad de frenar la potencia de los impactos.

Particularmente, pueden presentarse dos daños específicos:

  • Delaminación. Que es cuando, debido a la exposición al calor, la capa de policarbonato se expande y tiende a despegarse de las otras láminas que conforman el vidrio blindado. Esta separación de las capas propicia la aparición de bacterias y hongos que opacan los cristales.
  • Efecto Neblina (o Haze, en inglés). Que es el que ocurre debido a la mala calidad del material utilizado como adhesivo de las capas de vidrio y policabonato. La apariencia del vidrio pierde su aspecto cristalino y se vuelve tornasolado o empañado.

Alarga la vida útil y la protección de los cristales

Para garantizar la durabilidad de tus cristales blindados debes tener cuidado, particularmente, con la parte interior de los mismos, que es la más susceptible al daño.

Por fuera, es posible lavarlos como se haría con cualquier otro parabrisas o cristal, utilizando agua y jabón o incluso líquidos para cristales, pero por dentro solo se puede utilizar agua.

Las recomendaciones para la conservación de los cristales blindados incluyen:

  • No exponer el vehículo al calor intenso, para lo cual es conveniente estacionarlo siempre a la sombra.
  • Utilizar solo un paño húmedo por la parte interna. Nunca usar solventes ni abrasivos. En caso de manchas difíciles, usar alcohol diluido a partes iguales en agua.
  • Evitar el roce del interior de los vidrios con objetos que pudieran provocar arañazos o rasguños.
  • No colocar calcomanías ni ventosas.
  • Lubricar con frecuencia los canales y el mecanismo de apertura de los vidrios.

Blindar tu auto, incluidos los cristales, es una inversión en tu seguridad y tu tranquilidad, y no puedes permitir que un mal uso de limpiadores o un mal mantenimiento pongan en riesgo tu integridad.

Ya sea ante amenazas de violencia común, como los asaltos en los semáforos, o peligros mayores, como un intento de secuestro o un atentado, los vidrios blindados en buen estado te mantendrán seguro.